Norman McLaren crea, junto con Evelyn Lambart, este filme abstracto alrededor de un bugui-bugui de Oscar Petersen. Pintando sobre celuloide virgen o rayando película velada, el animador crea fondos siempre diferentes, aportando vivacidad, y su sucesión confiere a la pieza un ritmo extático. Un filme próximo al expresionismo abstracto.