Película en clave simbólica, construida a base de planos estáticos, cuya composición y color hacen pensar en material de archivo, quizás publicidad de los años cincuenta. Algunos planos son, efectivamente, apropiaciones de diversas fuentes, pero constituyen una pequeña parte del relato. En Alpsee se narra la historia de un niño que vive junto a su madre y que, en su encuentro con algunos objetos e imágenes, invoca la figura del padre ausente. La película no compone tanto una historia como ese estado de ánimo, melancólico y ensimismado, al que llamamos crecer.