Se trata de una serie de exposiciones dobles, triples y después incontables de un Kren sonriente con su cigarrillo en la boca. La inestabilidad de la imagen alcanza proporciones vertiginosas cuando esa misma imagen u otra relacionada titubea y tiembla, siempre con el sujeto fijado en ambas en el film y eternamente fugaz, irreconocible.