Dos mujeres inician una interacción sexual en distintas posturas. Durante un momento muy íntimo, sorprende ver la mano de Otto Mühl acercarse al fotograma para ajustar el ángulo de uno de los brazos de la mujer. Entretanto, un pene solitario se adorna con una rosa, huevos y salchichas a la manera de un ritual, como si se tratara de una ilustración o fotografía. Sobre las mujeres cae una lluvia de polvos de colores, que nos recuerdan la escena orgiástica de la película de Jack Smith Flaming Creatures, en la que trozos y polvo de yeso caen desde arriba sobre los juerguistas.