Cinco secuencias cortas, cada una de unos 8 fotogramas, grabadas todas desde el mismo punto de vista en un café del muelle. Nos muestran una ventana, rota por las siluetas de objetos y gente dentro del café y por el paso de gente y un barco en la parte exterior. Cada toma, en la que se aprecian breves movimientos, se repite 21 veces en el film, en un orden establecido matemáticamente. Las tomas se separan mediante secuencias cortas e iguales de espaciado negro. La importancia no radica en las secuencias matemáticas como tales, sino en cómo el espectador intenta descifrar la estructura.