Last Lost, Eve Heller, 1996, Austria, 14’.
En Last Lost, Eve Heller utiliza la mirada de un chimpancé para indagar sobre la psicología emocional del mundo que le rodea, mostrando las principales diferencias entre el hombre y el animal: el cerebro no es lo que nos hace humanos, sino nuestra forma de entender el mundo a partir de él.
Cómo dibujar animales tristes..., Laura Ginès y Pere Ginard, 2009, España, 4’ 34’’.
Al principio había la palabra. En un pasaje del Génesis (2:19) Adán da a todos los animales un nombre, hecho que marca históricamente nuestra manera de referirnos a ellos. En Cómo dibujar animales tristes... la palabra escrita no equivale a la imagen filmada –o al menos la forma en que la llamaríamos tradicionalmente–, pero al estar relacionadas mediante el montaje se generan asociaciones y sinergias sorprendentes.
Hand Eye Coordination, Naomi Uman, 2002, Estados Unidos, 10’.
Hand Eye Coordination pone en primer plano las causas y efectos de la experiencia manipulada al explorar las maneras en que la tactilidad condiciona la percepción visual. Para ello, Naomi Uman contrapone la manipulación manual del soporte fílmico con su proyección en pantalla.
T,O,U,C,H,I,N,G, Paul Sharits, 1968, Estados Unidos, 12’.
T,O,U,C,H,I,N,G consigue engañar al cerebro a partir de la repetición constante de una misma palabra, que va cambiando de significado según la forma en que esta se escucha: “Disturb”, “Destroy”, “This Door”, “Bistro” o “Withdraw”. El objetivo de Paul Sharits es que el espectador experimente los límites de la percepción a partir de la forma cinematográfica, basada en una banda sonora engañosa y un parpadeo de imágenes constante y agresivo.
Diwan, Werner Nekes, 1973, Alemania, 85’. Fragmento recomendado: 1h 2’ 1’’ – 1h 10’ 21’’.
En Hynningen, una de las cinco piezas que conforman Diwan, el cineasta Werner Nekes explora las texturas y la luz de un espacio atravesado por el paso del tiempo, de una zona que no forma parte ni del presente ni del pasado, sino que abarca el “entre” ambos. Según la teoría del "Kine" de Nekes, el cerebro del espectador es el encargado de unir dos fotogramas consecutivos, y es precisamente en el espacio “entre las imágenes” donde se encuentra el lenguaje cinematográfico.
Dream Work, Peter Tscherkassky, 2001, Austria, 10‘ 15‘‘.
En el interior del lóbulo temporal del cerebro, el hipocampo tiene un papel central en nuestra capacidad de recordar, imaginar y soñar. En Dream Work una mujer se tumba en la cama y se introduce dentro de una representación nefasta del tiempo, entrecruzando de manera profunda pequeños fragmentos de la memoria e imágenes que se alejan de la realidad.
At Land, Maya Deren, 1944, Estados Unidos, 16’.
Sin memoria no existe conciencia ni personalidad. El hipocampo es una parte del cerebro que no solo desempeña un papel crucial en la consolidación de la memoria a corto y largo plazo, sino que también es una de las claves para la correcta orientación de los individuos. En At Land se trabaja sobre la idea de la desorientación respecto al espacio como una consecuencia del desfondamiento del yo o, lo que es lo mismo, la consolidación de una protagonista de identidad múltiple, desdoblada en el espacio-tiempo. Tal y como declaró Maya Deren a propósito de su hilo conductor, “la película trata sobre la lucha por mantener la identidad personal.”
Corpus Callosum, Michael Snow, 2001, Canadá, 92’. Fragmento recomendado: 37’ 3’’ – 39’ 42’’.
El cuerpo calloso es la zona del cerebro que une los dos hemisferios y, por tanto, es la pieza que permite que estos dos puedan comunicarse debidamente. Para Michael Snow, el cuerpo calloso del cine es el artista, quien se ocupa de reunir la imagen y el sonido, que serían los dos hemisferios de este arte. Así pues, el cine permite reflexionar sobre las antítesis que conforman el mundo que nos rodea: ser y no ser, natural y artificial, realidad y ficción, verdadero y falso, etc. En el fragmento escogido, un grupo de niños y niñas observan con atención un triángulo de Penrose, intentando descifrar lógicamente lo que se considera como “la imposibilidad en su forma más pura”. Poco a poco, se dan cuenta de la cámara que los observa, tomando conciencia de la simulación en la que se encuentran sumergidos.
Un programa de Fèlix Maisel.