A los 17 años eligió Austria como segunda residencia. Actualmente, es una de las figuras más importantes del cine experimental europeo. El aspecto más destacado de sus films, así como de sus últimas producciones de vídeo (Id, Plasma), es el modo en cómo se relaciona con su propio cuerpo. Mattuschka no es la única protagonista ante la cámara en sus (vídeo)films, ya que su cuerpo también funciona como si de un lienzo se tratara, objeto y sujeto que es pintado, extendido, recortado, deformado con efectos especiales, etc. El otro punto de referencia de su obra es un análisis continuo y poderoso de las producciones de cine experimentales de Hollywood del pasado y del presente, con una intensa búsqueda tanto del sonido como de la música.