En su novela Las Olas, Virginia Woolf describe así el movimiento del mar: “La ola se detenía, y después volvía a retirarse arrastrándose, suspirando, como un durmiente cuyo aliento va y viene en la inconsciencia”. Esta pieza de enigmático título captura los ritmos marítimos con un poder evocador similar al de la prosa de Woolf.