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Los hermanos Wagner, Brasil en películas animadas

Imágenes de la familia Wagner

Los hermanos Wagner —Ingrid, Elizabeth, Rosane y Helmuth Jr.— nacieron en Curitiba, una ciudad en el sur de Brasil. Entre 1977 y 1992 este grupo produjo cortometrajes en Super-8, 16 y 35 mm. Las películas, sobre todo animaciones, destacan por la variedad de géneros, técnicas y temas, que cruzan de muchas maneras la historia y las expresiones culturales brasileñas.

La relación de los hermanos Wagner con las imágenes comenzó en familia. Una noche de verano, cuando aún eran niños, el padre, Helmuth Wagner, extendió una sábana blanca en el patio y proyectó en ella rollos de cortometrajes en 16 mm. La sesión al aire libre fue arrullada por el aroma de las camelias y las imágenes bailando sobre la tela. Helmuth Wagner era fotógrafo y también gerente de una tienda de equipos de fotografía y cine. Incontables veces, Ingrid, Elizabeth, Rosane y Helmuth Jr. lo acompañaron transformando papel higiénico en una bola de helado o espuma de jabón en té mate cremoso. Trucos de la fotografía publicitaria, en la que también trabajaba Helmuth, quien además también hacía fotos de naturaleza; son importantes sus registros en el estado de Paraná, en la sierra del Mar, la isla de la Miel y los saltos de Guairá, las cascadas más grandes del mundo en términos de volumen de agua, aunque sumergidas por la construcción de la represa hidroeléctrica de Itaipú en la década de 1970.

Edith Pitz Wagner, la madre, también pintaba y dibujaba; en palabras de Ingrid, era una «artista imaginativa». Fue quien compró la primera cámara Super-8 a demanda de sus hijas e hijo. En Brasil, las cámaras Super-8 se pusieron de moda en la década de 1970 y fueron muy utilizadas en películas caseras y por cineastas principiantes y aficionados. Eran accesibles, ligeras y fáciles de usar. Al llegar a casa, el padre, sorprendido por la adquisición, sorprendió a todos al sugerir que volviesen a la tienda para comprar un equipo aún mejor. La producción y proyección de imágenes también acompañaría muchos momentos familiares. Elizabeth mantiene una colección de 200 películas domésticas, numeradas y nombradas según el tema principal, imágenes producidas en un pícnic y entre un fin de semana y otro. Uno de los rollos de la colección es «42 - Fin de la nieve», etiquetado con cinta de vinilo roja. Pues sí, en algún lugar de Brasil había nevado.

De esta forma, Helmuth y Edith otorgaron a sus hijas e hijo un acceso privilegiado a técnicas, conocimientos y materialidades cinematográficas. Como cuenta Ingrid, su padre solía esparcir imágenes por el piso, pidiendo opiniones sobre el material: «¿Cuál te gusta más? ¿Qué os parece esta?». Edith, por otro lado, no tenía una carrera artística profesional, pero produjo hermosos dibujos y con lienzos, pinceles y caballetes llevaba a Ingrid, Elizabeth, Rosane y Helmuth Jr. a dibujar al aire libre. Así, con el apoyo de la familia y un trabajo constante, los hermanos Wagner fueron precursores de la animación en Paraná y participaron en espectáculos de cine y festivales, donde recibieron premios en muchas ocasiones.

La Filmoteca de Curitiba y los primeros experimentos

Los hermanos Wagner fueron de los primeros en asistir a la Filmoteca de Curitiba, una institución municipal fundada en 1975, la tercera filmoteca brasileña. La Cinemateca de Curitiba promovió desde el principio cursos de cine, proyecciones de películas y acciones de investigación y preservación. Allí, el grupo se unió a Profilmes, una asociación de entusiastas que se reunía los sábados por la tarde para mirar y discutir sus propias producciones. Fue en la Profilmes que los hermanos Wagner presentaron experimentos como O garoto levado, en que un niño y una niña juegan en la hélice de un molino de juguete y viven la experiencia del primer beso.

Entre las primeras animaciones también está Bum, que trata de un niño que, dentro de una sábana blanca sobre una mesa de dibujo, juega con un globo rojo. Sueña con volar, pero está limitado por los bordes del papel. En O halterofilista, un niño flaco levanta una mancuerna pesada, pero un clavo rompe el peso olímpico, que se desmorona como tinta escurrida por el papel. Una comparsa carnavalesca de bahianas hace girar los vestidos rojos y radiantes en O último bloco. El desfile se acaba y queda una avenida vacía y triste: el carnaval ha terminado. Después de una tormenta, sale humo de la chimenea de una pequeña casa en A casa na colina. En O Espaço un astronauta gira el cuerpo y maneja un láser en un viaje interestelar. Un pajarito canta en la rama de un árbol hasta quedarse dormido en Boa noite.

Después de los primeros experimentos, en 1977 llegó el momento de presentar en la Profilmes Ensaios, una narración que mezcla ficción y documental, en la que el proceso de hacer películas es también uno de los temas principales. En este caso, una película hecha de cartón, papel, pintura gouache y una caja de luz improvisada. En ese momento, Ensaios aún no tenía una banda sonora, pero llamó la atención y llegó a Valêncio Xavier, fundador y coordinador de la Cinemateca de Curitiba, un importante articulador del circuito de cine de la ciudad. Valêncio no solo indicó un estudio de sonido para la sonorización, sino que envió la película a competir en la cuarta edición del Festival Nacional de Cine Super-8 en Campinas, uno de los festivales más importantes de Super-8 en Brasil y en el que Ensaios ganó su primer premio a la mejor animación. 

Brasil en películas

Con el tiempo, la producción de los hermanos Wagner se ha vuelto más diversa y sofisticada. La falta de equipos y materiales específicos a menudo llevó al grupo a experimentar y adaptarse. Fue pena Q..., por ejemplo, una versión crítica y humorística de la llegada de las flotas portuguesas a Brasil, se hizo con papel de valores y gouache. Sin material transparente disponible, la animación tiene un efecto colorido y movedizo, como resultado de la superposición de dibujos y tinta sobre papel. De vez en cuando la intervención de una mano humana nos recuerda que las imágenes se construyen. Y la mano que dibuja y anima también entra en escena para escribir los créditos iniciales y salvar un barco de un naufragio.

Pudim de morango es un collage con hojas de periódico, dibujos animados e imágenes de telenovelas, un género audiovisual muy popular en Brasil. La historia es la de una mosca que deja la vida tranquila en el retrete para habitar la relación tormentosa de una pareja en la sala de la televisión, entre disputas por el mando a distancia y un pudin de fresa. Los titulares de los periódicos de fondo cubren un momento violento en la historia brasileña, la dictadura civil-militar, que duró de 1964 a 1985, pero cuyas consecuencias aún perduran en el país.

La vida urbana es el hilo narrativo de Metamorfose, A cidade dos executivos y A flor, siempre contrastando diferentes perspectivas sobre las formas de ocupar la ciudad. En Metamorfose, por ejemplo, una mariposa emerge lentamente del capullo mientras el efecto del time-lapse amplifica la sensación de movimiento en las calles y los paseos. A flor acompaña la aventura y la angustia de una flor arrancada por las ruedas de un automóvil. La película nos lleva, desde la perspectiva de la pequeña planta, de la vida tranquila en un margen de la carretera al bullicio de un centro urbano. De los tres cortometrajes, A cidade dos executivos es sin duda el más tenso, vertiginoso y distópico. Acompañamos a un hombre con chaqueta y maletín a través de una ciudad mecanizada y laberíntica, pasando por niños enjaulados, coches apresurados y personas con máscaras de oxígeno. Una ruta que termina en un misterioso muro.

Como A flor, Respeitável público se realizó en 35 mm. Es la animación más larga producida por el grupo: se necesitaron aproximadamente 12.000 dibujos, que se dibujaron primero en papel de valores, luego se copiaron al acetato y finalmente se colorearon. Sin acceso a las pinturas para acetato, se mezcló gouache y pegamento blanco que los hermanos Wagner llevaron a la consistencia necesaria para el trabajo. Respeitável público es una narración que aborda satíricamente muchos temas de la historia y de las expresiones culturales brasileñas: colonización y explotación, hambre y desigualdad, cultura popular e industria cultural. Vemos desencadenarse de una imagen a otra favelas empobrecidas, playas abarrotadas, fiestas de carnaval, la estatua del Cristo Redentor, un circo de lona verde y amarilla, además de figuras del folklore nacional como el Saci-Pererê y la sirena Iara. También aparece el personaje estadounidense del pato Donald, pero de una manera muy diferente a las películas de Disney. El pato Donald compra Brasil, seguro de haber adquirido un paraíso tropical, lleno de anacardos, sandías, piñas, guayabas libres de insectos, miles de plátanos, personajes místicos surgiendo de la encantadora selva. Mientras tanto, Zé, un presidente pícaro, intenta encubrir la miseria social del país.

En 1977, cuando escribía sobre el cine en Paraná, el periodista cultural Francisco Santos consideraba a los hermanos Wagner posiblemente el mayor talento del Super-8 brasileño. Tenían cortometrajes exhibidos y premiados en Brasil y en el mundo, por ejemplo en el Canadian International Amateur Film Festival en Toronto, en el Núcleo de Cineastas Independentes en Lisboa y en el Festival Nacional de Filme Super-8 en São Paulo. En la lista de las 100 mejores películas animadas brasileñas, elaborada por la Asociación Brasileña de Críticos de Cine, se encuentra la animación experimental Pudim de morango, censurada en un festival de 1979, pero ahora disponible en el Archivo Xcèntric, así como todas las demás producciones del grupo.

Ana Claudia França

* Ensaios, MetamorfoseFoi pena Q..., A cidade dos executivos, Pudim de morangoRespeitável público y A flor se pueden visionar en el Archivo Xcèntric, gracias a la generosa donación de los hermanos Wagner y a la mediación de Ana França. 

Fecha
1 septiembre 2020

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