En este ejercicio combinatorio, Galeta nos muestra un partido de ping-pong orquestado a partir de relaciones espaciales sumamente paradójicas entre dos jugadores de tenis de mesa, pero conserva la impresión de tiempo real con la ayuda del sonido y el ritmo. Tratando de agotar las relaciones posibles entre dos imágenes contiguas, interroga la identificación estándar de escena en el cine o la televisión y nuestra actitud de observadores hacia ella: lo incognoscible se vuelve perceptible.