Explorar la representación de la naturaleza a través del medio fílmico permite su transfiguración. Acelerar su desarrollo temporal, suspender su presencia física, distorsionar su configuración o revelar sus intersticios son operaciones cinematográficas que amplían la percepción del paisaje. Describir lo inmanente del bosque es el pretexto de una selección de películas que demuestran que el paisaje no es un lugar físico, sino un conjunto de percepciones culturales, elaboradas a partir de un lugar.
Sounding Glass, Sylvia Schedelbauer, 2011, vídeo, 10 min; L’Arbre Bleu, Marcelle Thirache, 2001, 16 mm, 2 min; Elements, Julie Murray, 2008, 16 mm, 7 min; Routes, Dan Browne, 2011, 16 mm, 1 min; Iron Wood, Richard Tuohy, 2009, 16 mm, 8 min; In the Shadow of Marcus Mountain, Robert Schaller, 2011, 16 mm, 5 min; Aspect, Emily Richardson, 2004, vídeo, 9 min; Vertigo Rush, Johann Lurf, 2007, 35 mm, 19 min.