Quizás sea entre cineastas nacidos en la antigua Unión Soviética donde la indagación sobre lo real ha alcanzado, en los últimos tiempos, mayor hondura. La obra de Sokurov, ascética y neblinosa, está poblada de frágiles sensaciones de lo efímero, así en su primer documental, Mariya, cautivador retrato del trabajo de una campesina que conrea lino. Por su parte, Sergei Dvortsevoi, que con sólo tres filmes es ya uno de los más celebrados documentalistas contemporáneos, elabora un cine de esperas, de inesperadas cadencias, y observa con minuciosidad cómo brotan gestos, palabras o miradas, que después enmarca en composiciones austeras y mesuradas, plagadas de íntimos ecos que concilian una sutil estilización con el veraz esplendor del cine primitivo.
1ª parte
Mariya, d'Alexander Sokurov, 1978-1988, 40', vídeo (VOSE)
2ª parte
Chastie (Felicitat), de Sergei Dvortsevoi, 1997, 25'
Chlebni den (El dia del pa), de Sergei Dvortsevoi, 1998, 55'