A Labyrinth, observamos la justaposición de imágenes construidas artificialmente a partir de la obra de Magritte e imágenes documentakes de los campos de refugiados bosnios en Ljubljana. El video recicla diferentes historias y culturas. Somos testimonios de un juego psicológicamente perturbador que se disputa entre la bailarina de striptease y la audiencia; la historia del video va más allá de las simples preguntas sobre la identidad y el parentesco. No se trata tanto de enseñar ell cuerpo como otra cosa, sino que se trata de vivir y experimentar sus contradicciones. Eso significa que la cuestión no es perder el cuerpo sino, de hecho, recuperarlo a través de un proceso de replanteamiento del lugar donde el cuerpo se engendró.