El film fue reconstruido y completado en 1995 por Javier Codesal a partir del montaje y la sonorización que Val del Omar había perfilado antes de su muerte.
Sus notas revelan que consideró títulos alternativos –tales como Acariño de la Terra Meiga, Acariño a nosa terra o Barro de ánimas–, y que pretendía añadir un segundo canal sonoro a partir de grabaciones de ambiente que esperaba obtener mediante las primeras proyecciones del film en los mismos lugares y entre las mismas gentes que fueron su origen.