Rescatada del olvido tres décadas después de su estreno, Soy Cuba marca un hito en la colaboración cultural de principios de los años sesenta entre Cuba y la Unión Soviética. Las cuatro historias que componen este largometraje dirigido por el entonces veterano Mikhail Kalatozov, autor de la premiada en Cannes Cuando pasan las cigüeñas (1957), muestran el periplo de la isla desde la decadente dominación norteamericana hasta el triunfo final de la revolución castrista. A pesar de tratarse de un film de propaganda, la belleza de las imágenes y de la música consigue hoy desbordar su lectura política. El trabajo del director ruso se centra en capturar la exuberante isla caribeña mediante el uso audaz de los elaborados movimientos de cámara, tantas veces imitados después de que la película se diera a conocer en los años noventa, así como gracias al preciso trabajo con las ópticas angulares y la iluminación.
Soy Cuba, Mikhail Kalatozov, 1964, 35 mm, 141 min.