En modos cercanos a la pintura, el cine prescinde a veces de todo el engranaje industrial y se ofrece a la vida íntima, al retrato de pareja. En La rencontre, Alain Cavalier busca con una cámara de vídeo " las pulsaciones del corazón" de una relación amorosa, grabando detalles y fragmentos cotidianos de su vida con una mujer. A su vez, Philippe Garrel filma el mundo íntimo como un taller de pintura, mediante bellos y mesurados encuadres "consagrados al retrato de Nico, el amor de mi vida". Cualquier retrato, nos recuerdan, se convierte siempre en un autorretrato.
1ª parte
LA RENCONTRE, Alain Cavalier, 1996, 75', 35mm
2ª parte
LE BARCEAU DE CRYSTAL, Philippe Garrel, 1975, 80', 35mm