Jakobois fue un cineasta experimental, pintor y escultor. Desde 1972, Jakobois experimentó con la pintura y la escultura bajo la influencia de los ensayos de Jean Dubuffet y el trabajo de Paul Klee, explorando la confluencia entre el arte minimalista y la expresión gestual. Esta primera incursión en el mundo del arte lo lleva al medio cinematográfico. Sus primeros contactos con el cine experimental se produjeron en los lugares de encuentro y programas especializados que proliferaban a ambas orillas del río Sena a mediados de los 70. Entre 1980 y 1983 es miembro del colectivo de cine experimental MétroBarbèsRochechou Art, junto a Téo Hernandez, Michel Nedjar y Gaël Badaud.
El principal objetivo de su proyecto artístico fue el de cambiar la percepción del mundo a través del cine. En Passage du Thermomètre, Pluie de roses (1984) y Passage des petits métiers (1989-1990), por ejemplo, transforma la realidad con el Super-8, un formato que lo acompaña durante toda su vida. Su mirada artística va directamente vinculada a la colección de imágenes que han acabado constituyendo sus diarios y catálogos fílmicos. Las películas de Jakobois se basan a menudo en la sucesión de un mismo motivo, como puede ser el caso de los juegos en Jeux et joueurs (1987-1988) o el deseo en Passage du désir (1988-1993). En Déjà ? Vu (1980), Passage du Thermomètre (1982) y Les Ponts d'Asnières (1987) se interesa por los lugares y espacios que forman parte de la vida cotidiana. En todas estas películas mostró una especial predilección por el juego con las formas y las respuestas ante lo inesperado.
Su obra ha sido exhibida en festivales internacionales como, por ejemplo, los de Rotterdam, Londres, Tokio, Moscú y Nueva York. En 1988 el Centro Pompidou realizó una retrospectiva de sus películas.