Devastadora sátira política de espíritu ácrata que representa las contradicciones de cierta burguesía ‘comprometida’ y autista, que se justifica a sí misma intentando acallar su mala conciencia. Más de cuatro décadas después de su realización, esta película mantiene intacta su vigencia, su modernidad y su sello iconoclasta.
«Era 1970 y Franco estaba vivo. La Iglesia seguía todos los mediodías con el Ángelus de España a través de las emisoras nacionales. Creo que quien mejor representa el fascismo es el puro fascista y este está personificado por el discurso gesticulante de Mussolini. Mientras tanto, el protagonista vestido de romano con una raqueta de tenis en la mano representa al burgués iluminado. Quiero dar a entender que se habla de una España sumergida bajo el orden establecido del fascismo.» –Antoni Padrós en Blogs&Docs.