Oriental Elegy es el primer film del ciclo de vídeo japonés, un ciclo que todavía se está desarrollando. El género de este ciclo apenas puede considerarse documental; si bien es posible que sea porque se representa a gente real en su estado normal y en su entorno. Se trata de gente sencilla, aunque ni ordinaria ni típica del moderno Japón. Su originalidad no radica en su adhesión a pautas o rutinas anticuadas, sino en la especificidad de sus almas, en las que poesía y mitología significan algo más que los símbolos de la realidad contemporánea.