Debord ha dado la vuelta directamente a una parte de las imágenes, ha escrito directamente el texto para este film, ya que el tema de éste no es el espectáculo sino la vida real. Sólo hace falta que los filmes que interrumpen el discurso lo sostengan positivamente, aunque haya una cierta dimensión irónica (Lacenaire, el Diablo, el fragmento de Cocteau o el aniquilamiento del regimiento de Custer). La carga de la brigada ligera quiere "representar", de manera muy pesada y elogiosa, unos diez años de la acción del I.S. El uso de la música, tan desviada como el resto, tiene siempre una intención positiva, "lírica", jamás distanciada. Todo el film (también con la ayuda de las imágenes, pero ya dentro del texto del "comentario") está construido sobre el tema del agua. En él se citan a los poetas del flujo de todo (Li Po, Omar Kháyyám, Heráclito, Bossuet, Shelley ?), todos los cuales han hablado del agua: es el tiempo. Hay, secundariamente, el tema del fuego; del estrépito del instante: es la revolución, Saint-Germain-des-Prés, la juventud, el amor, la negación dentro de su noche, el Diablo, la batalla y las "empresas inacabadas" donde van a morir los hombres, deslumbrados en calidad de "viajeros que pasan"; y el deseo en esta noche del mundo ("nocte consumimur igni"). Pero resulta que el agua del tiempo se lleva al fuego, y lo apaga. Así, la resplandeciente juventud de Saint-Germain-des-Prés, el fuego del asalto de la briosa "brigada ligera" se han ahogado en el agua corriente del siglo cuando se han visto superados "bajo el canon del tiempo"…