Durante el periodo del primer cine, la compañía Pathé Frères experimentó con distintos procesos de color aplicado sobre película: el tintado, el virado, el pintado a mano y el estarcido. Estas técnicas de coloración se usaban a menudo combinadas en un mismo film y originaban efectos asombrosos. Con el sistema Pathécolor (1907-1928), un proceso mecánico de estarcido, las películas destacaban no solo por la belleza y variedad de tonos, sino también por la precisión en el registro cromático y la capacidad de simular los colores naturales. Este proceso era técnicamente difícil y costoso, pero su extenso uso, tanto en películas de ficción como de no ficción, demuestra lo importante que era el empleo del color en las estrategias narrativas y figurativas de estas producciones.
Además de participar en los experimentos del color en el primer cine, Alfred Machin es conocido por ser pionero de la filmación aérea y como uno de los pocos cineastas de la época que tenía un punto de vista pacifista sobre la guerra. Todo ello se manifiesta en Maudite soit la guerre, trabajo de gran plasticidad hecho antes de la Primera Guerra Mundial que anticipa y critica el conflicto bélico. Esta película fue ambiciosa en su pretensión de demostrar visualmente lo que el color podía aportar al cine en ese momento. El estarcido se aplica con delicadeza durante la mayor parte del tiempo en perfecta interacción con los otros procesos combinados, el tintado, el virado y el coloreado a mano. Su composición cromática se construye en torno a un contraste de atmósferas: los tonos pastel, usados en las escenas de la vida cotidiana, adoptan un tono naturalista, y el monocromo rojo, donde el color se satura, irrumpe en las escenas de batalla. Estos efectos cromáticos integrados en la narrativa dimensionan la tensión dramática de la película, la de un amor devastado por la guerra.
La sesión abre, a modo de introducción, con la proyección de Chasse à la panthère, un corto de este fotógrafo, productor y director de cine francés que trabajó también en Bélgica y en los Países Bajos a principios del siglo xx. Este documental, que emplea el mismo proceso de coloración mecánica para intentar recrear el color de la naturaleza, presenta una vista de caza en el paisaje exótico de la selva africana, donde la muerte de una pantera hace alusión a la violencia de la guerra.
Chasse à la panthère, 1909, 35 mm, 7 min; Maudite soit la guerre, 1914, 35 mm, 50 min.
Proyección en DCP. Copias cortesía de la Cinémathèque Royale de Belgique.