Este programa de una hora de duración presenta diez cortos experimentales que recontextualizan el material encontrado o archivado mediante la intervención algorítmica. Estos trabajos de «retracted cinema» se apartan de las prácticas consagradas del «cine expandido» en las que los materiales fílmicos se recontextualizan a través de la suplementación y la colisión con materiales adicionales y medios extrínsecos, como la performance en vivo. Los trabajos presentados en el programa de retracted cinema, en cambio, utilizan el propio material fílmico apropiado como lugar y como medio de autorrecontextualización. Los resultados se alcanzan aplicando una serie de reglas o restricciones (un algoritmo) que rigen una matriz repetible (iterativa) de transformaciones. De esta manera, la concepción artística forja un puente que vincula los impulsos algorítmicos con las tradiciones del cine, la literatura y las artes visuales de vanguardia. El trabajo trae a la mente el détournement del metraje encontrado (cine reciclado) y un cine expandido «invertido», el OuLiPo (Ouvroir de littérature potentielle [Taller de literatura potencial]), y el arte conceptual (desde Duchamp a Sol Lewitt, Hanne Darboven y otros)
En la era de la inteligencia artificial, el aprendizaje automático, los análisis de datos y el capitalismo de la vigilancia, los sistemas funcionan a partir de unas series de instrucciones que escapan a la detección visual del público al tiempo que sirven para expandir los intereses del capital internacional. Pese a ello, en paralelo a la lógica instrumental de las empresas tecnológicas económicas, otra lógica se pone en marcha, una ligada al algoritmo que se superpone con la vanguardia.
La estética que impulsa el programa de hoy se resiste a la instrumentalidad por medio de conceptualizar y poner en primer término el uso del algoritmo. Estos trabajos dejan a un lado maniobras y conceptos artísticos convencionales, y no se aferran ni a la singularidad del resultado irrepetible ni al despliegue de autenticidad del proceso creativo. En el concepto mismo de estas producciones artísticas, al igual que en el OuLiPo y el arte conceptual, se aloja una potencialidad radical. Las restricciones algorítmicas que conducen a un resultado audiovisual lo hacen por medio de la generación de una obra de arte potencial. Los proyectos diseccionan y renegocian el nexo entre concepción y ejecución que subyace en la instrumentalidad al tiempo que otorgan al resultado (y a las partes que lo componen) un estatus de archivo pendiente de futuras intervenciones creativas. Y más que rechazar el carácter mecanicista de las operaciones tecnológicas, la complejidad reflexiva y autorreferencial de los trabajos abraza lo «maquínico» (codificación digital, pensamiento algorítmico) como punto crucial y como material de conceptualización artística, y no como simple medio instrumental de implementación de ideas.
Los realizadores del programa de Retracted Cinema están en deuda con las películas estructurales de las décadas de 1960 y 1970. Pero este programa confía en presentar algo más que un mero muestrario del legado vivo del cine estructural. Pretende descubrir nuevos intereses que encuentren un reflejo en la generación anterior de artistas con el fin de forjar una nueva base más allá de los objetivos utópicos del materialismo de sus predecesores.
17-17 (2017), de Gonzalo Egurza, utiliza un algoritmo que extrae fotogramas sueltos de la secuencia de las escaleras de Odesa (El acorazado Potemkin) como de una baraja de cartas y luego los vuelve a barajar. Home Movie Holes (2009), de Albert Alcoz, utiliza una estrategia sistemática para descomponer fragmentos recuperados de películas familiares amateurs combinándolas con artefactos fílmicos extraídos de carretes de 8 milímetros. La pieza reexamina nostálgicamente una digitalización de material fílmico que pone de manifiesto la fragilidad de la memoria. Psycho 60/98 (2016), de Blanca Rego, investiga la intersección entre réplica y montaje a partir de un flujo interruptivo de montaje paralelo, fotograma a fotograma, entre las dos versiones de Psicosis: la original de Hitchcock y el remake de Gus Van Sant. Happy Again (2006), de Gregg Biermann, reorganiza la escena más clásica del musical de Hollywood Cantando bajo la lluvia a través de un programático método de superposición y desplazamiento de distintas capas. El resultado pone al descubierto un cine, una música y una coreografía nuevos que permanecían sepultados en el interior de una secuencia tan icónica y conocida como esta. Naturalezas muertas (en seis movimientos) (2019-20), de Vitor Magalhães, parte de un enfoque programático basado en la selección y yuxtaposición de momentos extraídos de unas setenta películas en los que los actores se ocultan de la cámara. La película encarna una especie de fotonovela o de fotoensayo organizado en una serie de seis «habitaciones de pensamiento» distintas, pobladas según el ánimo que transmiten los objetos y la decoración e intercaladas por textos.
Algunas de las películas computacionales abrazan directamente el carácter huidizo del autómata con un interés en la dimensión performativa de lo maquínico. ¿Qué es lo que ves, YOLO9000? (2019), del Taller Estampa, emprende una investigación audiovisual heterodoxa de una de las muchas herramientas contemporáneas de visión artificial desarrolladas y aplicadas para el reconocimiento y anotación automática de imágenes: el YOLO9000. En su obra, el Taller Estampa aplica esta red neuronal –entrenada con una dataset de 9418 palabras y millones de imágenes– a una selección de imágenes apropiadas del cine de vanguardia del siglo xx y de material de archivo, logrando con ello unos resultados sorprendentes. Optical De-dramatization Engine (2015), de Barbara Lattanzi, presenta un software desarrollado con fines artísticos que reformula material de la película de 1912 Los invasores, de Thomas Ince, moviéndose entre los niveles de la imagen, el fotograma y el pixel. Con cada nueva puesta en marcha del software de Lattanzi, que también se manifiesta en una instalación en bucle de cuarenta horas de duración, se despliega una nueva reformulación de la película de Ince.
Floating point (2020), de Peter Freund, activa un algoritmo que re-presenta y re-encuadra una escena emblemática de 2001: Una odisea del espacio, de Stanley Kubrick. El algoritmo inserta la secuencia original en una cuadrícula que tabula los veinticinco planos de dicha secuencia. Al presentarse en una pantalla de cine bidimensional, plana, la cuadrícula forma una «geometría imposible» cuyas esquinas y bordes se repliegan para encontrarse a la manera de un origami conceptual. En la serie Torvix (2011-presente), Eloi Puig utiliza un software que reformula vídeos públicos de YouTube por medio de derivar los rasgos gramatológicos de la transcripción de la pista de audio del material original como clave para transponer el material en un montaje más breve que responde tan solo a la posición de cada letra del texto que se escucha. Por último, Lost Footage (2020), de Kuku Sabzi, utiliza la lógica predictiva de los programas de generación de texto de aprendizaje automático para regenerar, una por una, cada línea del escaneo de la película de Patterson-Gimlin de 1967 en la que supuestamente se ve a un Bigfoot atravesando un bosque del Norte de California.
Peter Freund