Las luchas del movimiento futurista que fundó Marinetti revistieron todas las formas artísticas -luego, también el cine- porque estaban dictadas por la voluntad revolucionaria de constriur en Italia, país de glorioso pasado, una identidad cultural moderna. Estas luchas se desarrollaron en contra de la cultura ariastocrática, clasicista, arcaizante de los simbolismos y en sintonía con las fuerzas vivas de la cultura popular. En una primera fase, entre 1909 y 1914, los films populares son testimonio de la conexión dialéctica que entonces se estableció en Italia entre vanguardia y cine de atracción, es decir, la influencia recíproca entre el futurismo y el cinema no institucional, fantástico, lúdico y cómico. Durante el siguiente período, entre 1916 y 1920, aparecen los primeros films de vanguardia, aunque a veces el futurismo se expresa exclusivamente en la escenografía. En la posguerra, las investigaciones se intensifican y se desarrollan en diversas direcciones: la mitología de la metrópolis moderna, el formalismo autosignificante del "cine de los objetos", la celebración del trabajo industrial y de los espacios urbanos con una intensa vida colectiva, como las estaciones ferroviarias, y finalmente, el cine abstracto de la música en imágenes.
1ª Parte
Cretinetti che bello!, André DeedAndré Deed, 1909, 5'
Amor pedestre, Marcel Fabre, 1914, 10'
Thais, Anton Giulio Bragaglia, 1916, 54'
2ª Parte
Stramilano, Corrado D'Errico, 1929, 14'
Velocità (Vitesse), Tina Cordero, Guido Martina, Pippo Oriani, 1930, 12'
Impressioni di vita n° 1, ritmi di stazione, Corrado D'Errico, 1933, 10'
I cantieri dell'Adriatico, Umberto Barbaro, 1932, 11'
Musica: "La Gazza ladra", de Rivista Luce n° 2, Corrado D'Errico, 1934, 2'