A Bokanowski, cineasta-pintor, artista-alquimista que pinta con la cámara, le debemos algunas de las visiones más sorprendentes, peculiares y fantásticas del cine actual. Su obra, escasa dada su minuciosa elaboración, trabaja en un primer período angustiosos mundos obscuros, que siguen la lógica de la pesadilla, poblados por extraños seres entregados a obsesivas acciones anodinas. La imagen, de alta densidad, invadida por el virus de un maëlstrom gráfico, alcanza un esplendor plástico que culminará en L'Ange, paradigma del film de culto.
Después de un largo paréntesis de inactividad, La Plage, abrió una segunda etapa de mayor serenidad, marcada por un inédito interés por las escenas banales que se desarrollan en paisajes naturales, en los que se pueden rastrear las influencias de la pintura moderna -Tanguy, Seurat...-
1ª Parte
Déjeuner du matin, 1974, 12'
La Plage, 1991, 14'
Au bord du lac, 1994, 6'
Flammes, 1998, 5'
2ª Parte
L'Ange, 1982, 70'