Un helado filmado a 4 fps que se derrite en cinco minutos; un retrato del Olivia’s Place, local actualmente demolido: los primeros trabajos de Andersen, preocupados por lo irrecuperable, nos preguntan “¿cuándo?” y, sobre todo, “¿dónde?”. Fisher, por su parte, se apoya en las reglas mecánicas que le proporciona su material, una construcción que le permite que alguien haga y diga cosas no dictadas por otro. En este caso, la pregunta sería: “¿quién?”. Los lugares/decorados, los figurantes/personajes, el actor/cineasta, la anticipación/retención, la estructura/planificación, la continuidad que cristaliza entre las estampas en una secuencia... ¿Por qué continuamos empleando estos conceptos incluso cuando todos ellos han quedado reducidos a sus elementos esenciales? En las últimas películas de Lertxundi, entre los zigzags, la mera sucesión de fotogramas y planos nos recuerda que el cine no es más que un gran espacio esférico en el que las imágenes y los sonidos son los principales personajes.
Con la presencia de Laida Lertxundi.
Laida Lertxundi:
The Room Called Heaven, 2012, 11 min; Utskor: Either/Or, 2013, 8 min; We Had the Experience but Missed the Meaning, 2014, 8 min; Vivir para vivir, 2015, 11 min; 025 Sunset Red, 2016, 14 min.
Thom Andersen:
Act without Words, 1964, 6 min; Melting, 1965, 6 min; Olivia’s Place, 1966/74, 6 min.
Morgan Fisher:
Documentary Footage, 1968, 11 min; Production Footage, 1971, 10 min; The Director and his Actor Look at Footage Showing Preparations for an Unmade Film, 1968, 15 min.
Proyección en 16 mm excepto Utskor: Either/Or (vídeo).