Sharon Couzin fue artista y cineasta experimental. Vinculada a la escena del Chicago Art Institute, donde también fue profesora, realizó una larga serie de películas en 16mm desde 1970. Roseblood, su trabajo más conocido, realizado en 1974, está dedicada a la bailarina Carolyn Chave Kaplan, y emplea música de Stockhausen y Enesco. Al igual que Maya Deren, Couzin utiliza la exploración de los movimientos corporales para crear la autoconciencia y las impresiones oníricas, así como las imágenes de nuestra mitología cultural sobre la sexualidad femenina.
Siendo Roseblood consecuencia de sus intereses pictóricos, Couzin se sintió originalmente atraída por el cine como forma de explorar un conjunto de ideas relacionadas con la abstracción fotográfica, la composición, el color, la luz y las líneas. Su propósito consistía en ir más allá de las consideraciones de la pintura mediante la manipulación temporal y espacial de las imágenes. Para ello, la cineasta utilizó frecuentemente la optical printer, con la que trabajó en dobles exposiciones con las que transformó las imágenes espacialmente, además de alterar el tiempo. La optical printer también le permitió dejar de lado los laboratorios en el procesado de sus películas.
Deutschland Spiegel, su siguiente película, utiliza imágenes de viejos noticiarios alemanes y material personal para construir un relato de horror sobre una vida familiar amenazada por un régimen militar y experimentos científicos. En A Trojan House, tomando como punto de partida el trabajo de Max Ernst, Rene Magritte y John Lee Hooker, yuxtapone objetos domésticos con una intrincada banda sonora formada por descripciones, diálogos fragmentarios, comentarios autoanalíticos, poemas y música. Salve, otra de sus primeras películas, es una meditación sobre la mortalidad, las expectativas de las niñas a medida que crecen y de las mujeres a medida que envejecen, partiendo de textos complejos sobre teoría y práctica matemática. En estas tres películas, Couzin analiza las tradiciones perjudiciales y destructivas para la creatividad de las mujeres.
En la segunda mitad de los años 80, Couzin realizó cinco películas: OdilonOdilon, el retrato de un adolescente durante la Segunda Guerra Mundial; Pauline, sobre la amistad entre dos artistas a partir de una casa, un jardín y un cuadro; Shells and Rushes, con alusiones a la mitología clásica a través de las conchas marinas; Bouquet, una colaboración con la artista Lynn Book sobre la alegría, y Gradiva, donde filmó a una adolescente durante cinco veranos, de los trece a los diecisiete años. Ya en la década del 2000, Couzin realizó otros dos cortometrajes, Elusive Cha-Cha y Her Other Self, así como largometraje Old Japan Now.
Su trabajo se ha visto en festivales y museos como Ann Arbor, Atlanta, Image Forum, el Pacific Film Archive, la San Francisco Cinematheque, el Millennium o el MoMA.