"Primero de todo, se mostraron los rostros de Jesucristo, pintados por Piero della Francesca, de Nicolaus Lenau, poeta romántico austriaco que pasó sus últimos años en un manicomio y el mío. Los rostros muertos son, como eran, devueltos a la vida y al habla, cuando los junto con mi rostro mientras hacen una mueca. Surgen efectos y similitudes intrigantes. De la misma manera que los rostros se mezclan, los mensajes difundidos por la frase de Jesucristo 'Ama a tu prójimo como a ti mismo' surge entonces. El teorema de la identidad se cuestiona al relativizarse los mensajes mutuamente." Peter Weibel