La enigmática obra de Klaus Lutz se sitúa entre las meditaciones de un recluso y las fantasías de un visionario utópico. Con reminiscencias de Georges Méliès, Chaplin, las vanguardias rusas y la Bauhaus, y con cierto aire futurista, sus películas son misteriosos paisajes mentales que desarrollan cuentos casi mitológicos acerca de un hombre que habita un mundo extraño y solitario. El protagonista, el propio Lutz, vuela sobre ciudades imaginarias y pasea por el espacio interestelar interactuando con signos y dibujos antropomorfos, todo filmado y montado en cámara en el pequeño apartamento de Manhattan donde vivía. En agosto de 1999, Klaus Lutz accedió a colaborar con el cineasta Frank Matter en la realización de un video sobre su trabajo. Durante 10 días, mientras Lutz filmaba su película "The Beauty of My Island", Matter documentó su particular proceso creativo.