Con el mismo título del film de 1978 de Guy Debord, esta pieza muestra la relación del observador con lo observado desde varios ángulos. La estructura del montaje, al igual que el título, se basa en la figura retórica del palíndromo. De este modo se realiza una analogía con la reflexión especular y su simetría invertida (derecha-izquierda) y la confrontación con ese otro que termina siendo una proyección subjetiva. Las pautas de montaje del cine estructural (montaje al fotograma, estrategias matemáticas o musicales) forman las referencias en las que se desenvuelve el trabajo. La pieza es una sucesión de fotografías donde no se ha utilizado ninguna cámara de cine o de vídeo.