Martin Arnold (Viena, 1959) deconstruye escenas de películas clásicas de Hollywood en pequeños fragmentos que ralentiza y repite de forma frenética. El resultado es una secuencia de loops que alteran la continuidad del material original y lo desposeen de su sentido narrativo. A través de este radical proceso de extrañamiento y desnaturalización de la relación entre sonido e imagen, la escena se transforma en un gag de aires dadaistas donde las acciones de los personajes adquieren nuevos y sorprendentes significados. Así, la escena de la comida familiar que Arnold deconstruye en Passage à l'acte (1993) se convierte en un intercambio violento de golpes y monosílabos entre los protagonistas del film. De manera similar, en Alone. Life Wastes Andy Hardy (1998), la secuencia que muestra el beso de un hijo a su madre deja de parecer tal cosa para transmitir un tipo de afecto muy diferente al materno-filial.