Empleando un principio similar al de sus películas, Arnold propone en su instalación «Members Only» una revisión del gag en clave experimental. Pero en este caso, el material audiovisual no ha sido extraído de films de Hollywood en blanco y negro sino de dibujos animados. A través de su manipulación, la inocencia de las imágenes se sustituye por una sucesión de acciones cargadas de histrionismo y violencia. Los personajes aparecen fragmentados y mutilados, siempre inmersos en un fodo completamente negro. Manos que se retuercen, lenguas que se agitan, bocas que articulan sonidos sin sentido... Las inofensivas escenas originales se transforman así en fantasmagorías inquietantes y espantosas, llenas de frustración, agresividad y que, en determinados momentos, también parecen sugerir una desconcertante pulsión erótica.