Gunvor Nelson y Dorothy Wiley realizaron esta película entre 1965 y 1966, tras recibir una brevísima explicación sobre cómo utilizar una cámara de cine. Con una estética rudimentaria y vulgar, las cineastas atacaron frontalmente los iconos por excelencia de los Estados Unidos: la casa y la maternidad. Imágenes de concursantes en desfiles de belleza, mujeres en una clase de gimnasia y modelos publicitarias idealizadas se yuxtaponen con otro tipo de imágenes: una mujer embarazada que intenta caber en su ropa interior, una compresa usada, vómitos en un inodoro, limpieza de tuberías… Estas imágenes, que ponen en entredicho lo aparentemente encantador de las primeras, se suturan mediante una sucesión de éxitos musicales de los años sesenta, a modo de himno popular vertebrador.
La película, realizada con escasos recursos, conserva su energía y frescura, y deja ver algunas peculiaridades plásticas de la artista: los modos de observación y descripción del cuerpo de la mujer y la predilección por crear elementos con cierta materialidad, pero efímeros.
